jueves, 2 de octubre de 2008

Mensajes

Creo que pocas cosas pueden producir tanta frustración como besar a alguien, o en el peor de los casos a algo, y que te recuerde a un ex.
Ayer leí que en su última película, Sean Penn hace de homosexual y tiene que morrearse con un hombre. Pasado el trago (léase beso), Sean le mandó un sms a su ex, Madonna, diciendo: “Acabo de besar por primera vez a un hombre. He pensado en ti. No sé por qué”. Respuesta de la reina del pop: “Felicidades”.
Sin ahondar en intenciones del mensajito, si era de cachondeo, de mala fe o era sincero; situaciones, canciones, imágenes, animales o cosas pueden recordar a los exs.
Yo espero que nunca me llegue un mensaje “He besado a un cobaya por primera vez. He pensado en ti. No sé por qué”. “He besado un neumático usado…” o “Un camión me ha atropellado y me ha recordado a ti”.

Y decía al principio que es frustrante porque las asociaciones o recuerdos no son nunca la realidad. Son versiones dulcificadas de lo que duerme en la mente. Y un rincón, la esquina de un bar, un balcón, una playa, una feria, un cine… se guardan en la mente con todo lo que rodeó un día esos lugares y adquieren ese tono pastel cada vez que vuelven a visitarnos los viejos recuerdos.

Sin embargo, el abrazo a una alambrada llena de pinchos nunca me ha recordado a un ex. Y antes que un sms de esos, prefiero otros donde se me declara amor eterno y sincero (ya sabemos de qué manera) con cierto tufo a alcohol pero salido desde las entrañas.

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